Últimamente esta situación se nos ha ido de madre. Tú piensas que todo el mundo te odia, y tampoco es eso, pero sí lo es el hecho de que has perdido el respeto y el aprecio que te tenían.

No puedes cambiar de golpe y tampoco puedes pretender que la manera de verte de ellos cambie de la noche a la mañana, pero todo es cuestión de paciencia y mucho, puede que a veces hasta demasiado, esfuerzo. Nadie a que esto sea fácil, pero tampoco nadie ha mencionado que sea imposible. Comprende que esto no lo puedes hacer sola, pero ella y yo tampoco podemos hacerlo solas. Nosotras nos vamos a esforzar al máximo pero tu esfuerzo debe ser sobrenatural y NUNCA debes rendirte ni darte por vencida porque si lo haces me cabrearé contigo.

Todo el mundo ha tenido la necesidad de hacer esto alguna vez, de pararse a pensar que es de su vida y querer cambiarla porque no le gusta, y quitando de algunos pocos rezagados los demás lo hemos conseguido, entonces ¿tú por qué no?

Creo que estas conversaciones las hemos tenido muchas veces y mira como seguimos, pero espero y deseo que esta vez sea diferente.

Te comen la cabeza.

Actúas. 
Te comes la cabeza.

Esperanza y desesperación están presentes en mi vocabulario.

No sé si te acordarás de aquella mirada. Esa que cambió mi vida para siempre. Esa mirada despistada queriendo hacer como que no me prestaba atención, pero que estaba pendiente de mi a la vez.  Esa mirada seguida de un guiño que me dedicaste cuando te percataste de que sabía que me observabas.

Ahora todo ha cambiado. Ya no es esa mirada conquistadora. Ya no es esa sensación en la que alguien a quien amas te corresponde en ese amor. Ahora simplemente ya no hay mirada. He dejado de contar las veces que no me prestas atención, he dejado de contar cuantos momentos hemos dejado pasar.

Sinceramente la única mirada que me viene ahora  la mente es la de ese adiós rotundo qu me dijiste un día. El último día que fui feliz.